La lectura se volvió un oasis en medio de la cuarentena

La lectura se volvió un oasis en medio de la cuarentena

por Bruno Berardi

 

 

En medio de la pandemia la lectura aumentó, en todas sus variables (físico, digital e, incluso, audiolibros) en todo el mundo, en especial en los estudiantes.

 

Desde que la pandemia inició en el 2020, el aislamiento en casa ha sido una situación estresante para muchas personas alrededor del mundo. Para vencer ese agobiante aburrimiento se han buscado toda clase de entretenimiento. Muchos optaron por ver maratones de películas y series en Netflix,pero otros retomaron, o mejoraron, el hábito de la lectura.   

 

¿Cuánto aumentaron los lectores? 

La FGEE (Federación del Gremio de Editores de España), publicó el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España para el 2020, el estudio muestra que el 68% de las personas leyó con frecuencia en 2020, un aumento del 18% desde las cifras en el 2019. Por otro lado se destacó que la lectura de libros por trabajo se redujo a 23,1%, alcanzando en 2019 un 27,5%.

 

En cuanto a la edad de los principales lectores, el tramo con mayor población se encuentra entre los estudiantes de 14 a los 24 años (73,8% de población lectora en tiempo libre). A partir de los 25 años se produjo una caída en los índices de lectura (64,2%). Y de igual forma con la población en edad superior a los 65 años (49,2%).

 

Los estudiantes son los que más han aprovechado la pandemia para leer por cualquier medio disponible en su tiempo libre, pues se calcula que el 85,7% de la población con estudios universitarios lo hace. El porcentaje baja hasta el 61,4% entre quienes cursan el bachillerato y el 39,6% de la población que solo ha cursado estudios primarios es lectora en tiempo libre, una cifra impresionante en relación a la edad y los estudios pasados.

 

Uno de los principales puntos a destacar es el aumento de los canales de compra para los libros digitales, e-books o los audiolibros. Un informe de la Fundación Telefónica en 2015 mostró que 6 de cada 10 personas prefieren leer en papel, y el aislamiento en casa no ha cambiado eso. La librería tradicional se mantiene como el principal canal de compra de lectura con un 71,1% de los compradores que eligieron este medio para la adquisición de algún ejemplar. Le sigue el internet (con las plataformas de compra y venta de libros y audiolibros), que fue elegido por el 38,4% de los compradores en alguna de sus adquisiciones.

 

Los libros digitales se han vuelto un medio accesible no solo como ocio, sino también como material educativo para las futuras generaciones, adaptándose a este medio y desplazando el papel a un ritmo alarmante. El 30,3% de la población de 14 años o más ya lee libros en formato digital al menos una vez al trimestre desde cualquier aparato; E-Reader y el ordenador son los dispositivos más utilizados, con un 12,6% y un 12,5% de lectores respectivamente. Un 10,1% lee libros en tablet y un 6,2% desde el teléfono.

 

Los libros se han vuelto una tendencia desde el 2020, algunos incluso desarrollaron emprendimientos y negocios a partir de ellos, los compradores de la población representan el 51,7% y esto demuestra un aumento del 1,3% con respecto al 2019. La tendencia también se extendió por e-mails , USB o a través de amigos y familiares, lo que demuestra que las estadísticas en relación a la popularidad de los libros digitales no es del todo precisa por los libros obtenidos gratuitamente, algunos incluso por medios cuestionables.

 

¿Qué se siente leer desde casa?

La lectura y el audiolibro han ayudado a una gran parte de la población a sobrellevar más de un año complicado, especialmente durante esas semanas radicales donde no podían salir en lo absoluto. Esta es la razón por la que aumentaron el número de horas de lectura semanales para la mayoría de los entrevistados en el Barómetro, mencionado anteriormente, a 7 horas y 25 minutos. En 2021 el hábito de la lectura vino para quedarse, se registraron en los primeros meses del año, un récord histórico de lectura por ocio con una medida de 8 horas y 25 minutos semanales. “El valor curativo del libro es indudable”, mencionó José Manuel Rodríguez Uribes durante la presentación del Barómetro.

 

La situación con el Covid-19 ha tenido un efecto estresante para todo el mundo, pero para la mayoría de la población la lectura se convirtió en uno de los pilares mentales positivos que aportaron: entretenimiento, desconexión, relajación, tranquilidad, ánimo, alegría, entusiasmo, ilusión, fuerza mental y seguridad. Es decir, la lectura fue el refugio que acogió a la humanidad en los días de encierro y soledad.

 

 

 

Una lengua es un dialecto con imprenta, medios y bytes

Una lengua es un dialecto con imprenta, medios y bytes

Por Ricardo Tavares Lourenço

 

Alguna vez alguien preguntó a Max Weinreich cuál era la diferencia entre lengua y dialecto. Weinreich improvisó una respuesta que ha pasado a la posteridad: “Una lengua es un dialecto con un ejército y una marina”. A esta frase yo le añadiría esto: “e imprenta, medios y bytes”. Veamos por qué la imprenta primero, luego los medios de comunicación y ahora Internet han sido determinantes para la consolidación del estándar de los idiomas.

La imprenta como instrumento de fijación e instauración de los idiomas nacionales

La aparición de la imprenta de Gutenberg en 1450 coincide con un periodo histórico en el que los reinos europeos oficializan las lenguas vernáculas nacionales para facilitarle al pueblo la comprensión de las leyes y la administración de los Estados-nación surgidos en la Edad Media.

Si bien el latín seguía siendo una lengua internacional y prestigiosa dentro de Europa, sobre todo bajo los pilares de la Iglesia católica, la jurisprudencia y las universidades, escritores y pensadores de entonces comenzaron a entender que gracias a la imprenta sus libros podían llegar a un público mayor si los escribían en inglés, francés, alemán, castellano o italiano, según el caso. Gracias a ello, las lenguas nacionales se elevaban a un estatus literario y las obras publicadas por los autores de prestigio se convirtieron en los modelos para la fijación de vocabulario, gramática y ortografía. No es por casualidad que las primeras gramáticas de estas lenguas surgieran a partir de los siglos XV y XVI por todas partes, entre ellas la de Antonio Nebrija en el caso del castellano.

Esta valoración por las lenguas nacionales la expresa bellamente Cervantes en palabras de don Quijote: “el grande Homero no escribió en latín , porque era griego, ni Virgilio no escribió en griego, porque era latino; en resolución, todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y no fueron a buscar extranjeras para declarar la alteza de sus conceptos; y siendo esto así, razón sería se extendiese esta costumbre por todas las naciones, y que no se desestimase el poeta alemán porque escribe en su lengua, ni el castellano, ni el vizcaíno que escribe en la suya” (Part. II, Cap. 16).

Los impresores, en esta onda, contribuyen decisivamente a la unificación de los sistemas de escritura. Son los encargados de fijar las reglas ortográficas con base en tres criterios: la pronunciación, la etimología, y el uso tradicional consolidado, lo que se traduce en la aparición de manuales y tratados sobre la ortografía en los siglos XVI y XVII (RAE y ASALE, Ortografía de la lengua española, 2010).

Lucièn Febvre y Henri-Jean Martin (La aparición del libro, 1958) exponen algunos casos ilustrativos. Empecemos por Martín Lutero con respecto al alemán: su traducción de las sagradas escrituras y la divulgación de sus libros, muy influyentes por el movimiento de la Reforma protestante, acabaron por convertirse en el referente del alto alemán y, en consecuencia, en la lengua literaria nacional. Para lograrlo, Lutero simplificó la ortografía y procuró seleccionar aquellas palabras que el pueblo usaba comúnmente y que tomó de varios dialectos. Por esta poderosa influencia, durante mucho tiempo los impresores no se atrevieron a contradecir estos criterios.

Con respecto al francés, Febvre y Martin explican que los impresores fueron mucho más conservadores al adoptar nuevos ajustes al sistema ortográfico. De hecho, prevaleció el criterio etimológico y la tradición, de ahí la poca consonancia entre la escritura y su pronunciación.

En el caso del inglés, Patrick Orpen Dugeon, en Breve historia de la literatura inglesa, aporta este dato: “Algo de suma importancia para la literatura ocurrió en 1483: William Caxton, mercader londinense, estableció la primera imprenta. Imprimió obras de Chaucer y Gower y así ayudó a establecer la supremacía del dialecto este central del inglés medieval”.

Los medios y la web como consolidación del estándar de las lenguas globales

Tanto los medios de comunicación como Internet están fomentando una estandarización de las lenguas mucho mayor que la planteada hace quinientos años por la aparición de la imprenta. Esta vez, la audiencia es global, por lo que ya no domina el dialecto de poder político, sino un dialecto cuasiartificial producto del consenso de los hablantes de varios países.

Como ejemplo de esta estandarización moderna, tenemos el llamado español neutro. En él se privilegian no solo los vocablos comprensibles para todos los hispanos, sino que la pronunciación y la entonación no sean marcadas por la región específica. Tal como sucedió con la imprenta, los medios audiovisuales han sido pivote, en especial en la publicidad, telenovelas y doblajes. Si bien gente critica que esta variante es “amexicanada”, cada vez es común su impulso en Estados Unidos, país que acoge a latinoamericanos que entienden más rápido la palabra piscina que alberca o pileta. Otro ejemplo es el del portugués y el Acuerdo Ortográfico de 1990, un esfuerzo de 8 países que busca unificar su sistema ortográfico para proyectar este idioma es la esfera internacional.

Es ilustrativo el caso de Wikipedia, que hace hincapié en que debe prevalecer el estándar, en especial en aquellas lenguas habladas por muchos países. Acá debemos considerar que son decenas e incluso centenares de personas de varias nacionalidades que pueden intervenir en la redacción, edición y  corrección de un artículo.

En síntesis, la estandarización de una lengua no solo la promueve el polo de poder de una nación mediante su sistema educativo, sino, y sobre todo, su difusión masivamente en libros, medios de comunicación e Internet. En consecuencia, sus productos editoriales se transforman en modelos lingüísticos para la sociedad y ello explica en buena medida por qué algunas lenguas han destacado históricamente en detrimento de otras.

 

Artículo publicado por primera vez en Mediopliego Nº 9.

«Crisis y desencanto con la democracia en América Latina», una aproximación a la realidad del continente

«Crisis y desencanto con la democracia en América Latina», una aproximación a la realidad del continente

La Universidad Católica Andrés Bello, junto con la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), trae esta nueva publicación en donde se analiza, de forma profunda y debidamente documentada, la relación que existe en toda América Latina con la figura de la democracia, la cual se ha visto terriblemente afectada y atacada en los últimos años a lo largo de todo el continente.

Bien dice Marcelo Forni que “…el populismo y la desconfianza en las instituciones, en especial en la capacidad del Estado de atender las demandas ciudadanas, comienzan a debilitar el Estado de Derecho y constituirse en un riesgo para la democracia…”.

Esta afirmación, no solamente encabeza la publicación, también funge como un perfecto resumen de la investigación que las universidades, propias de la Compañía de Jesús, realizaron, bajo la dirección de la UCAB, en el último año para explicar, de forma clara y transparente, el panorama político y social al cual se enfrentan las naciones que conforman a Latinoamérica.

Francisco José Virtuoso, rector de la UCAB, y Ángel Álvarez, coordinadores y principales encargados del proyecto, reunieron el trabajo de 37 autores provenientes de 22 universidades diferentes para abordar, a través de la investigación teórica y empírica, la relación que existe entre los habitantes del continente con los modelos políticos que los controlan y moldean sus estilos de vida.

Dicho trabajo trae como conclusión que los estándares sobre la política han cambiado en todo el continente. Que candidatos como Andrés Manuel López Obrador y Jair Bolsonaro ganaran las elecciones de sus países en 2018 (México y Brasil, respectivamente) señalan un cambio radical en la naturaleza política de la sociedad. Del mismo modo, el incremento en las protestas como las acontecidas en el año 2019 en Colombia, Chile y Ecuador, junto con los modelos dictatoriales y autoritarios en Venezuela y Nicaragua sugieren que la política no solamente se transformó, también agudizó problemas como el populismo, caudillismo y el debilitamiento de los modelos democráticos.

Las entrevistas e investigaciones arrojaron que los ciudadanos cada vez valoran menos la figura de la democracia como un óptimo y funcional sistema político e igualmente son demasiados los individuos que sostienen que el Estado es incapaz de atender las necesidades de su nación, elevándose dicha apreciación después de la llegada de la pandemia.

[…] La enorme cantidad de movimientos sociales que han emergido en la región en los años recientes, y la movilización notable que se está produciendo en 2021, hablan de una ciudadanía que no está dispuesta a dejar en manos de los políticos su destino […].

Las universidades involucradas, asociadas a la Ausjal y fieles a su responsabilidad para con la sociedad, se unieron para la elaboración de este proyecto que, si bien no pretende afirmar que la crisis existente es la más grave que se ha registrado hasta le fecha, busca responder a las siguientes interrogantes: ¿Hasta qué punto puede hablarse de crisis de la democracia en América Latina? ¿Existe desencanto de los ciudadanos con la democracia como modelo y con la forma en la que esta funciona en cada país? ¿Qué factores contribuyen a explicar el desencanto y la crisis de la democracia?

Dada la relevancia de las respuestas a dichas interrogantes, el libro en cuestión se encuentra de forma gratuita en su versión digital en la librería digital de la Universidad Católica Andrés Bello, a la cual puede acceder a través del siguiente enlace:

Política

 

Editoriales venezolanas: radiografía de un país

Editoriales venezolanas: radiografía de un país

Sofía Mogollón

En el 2004 la producción editorial en nuestro país, según la revista Producto en su artículo “Libros en auge”, se situaba alrededor de las 25 millones de ventas al año con la publicación de novedades oscilando entre los 3 mil ejemplares. Un número, no solo poderoso, sino además difícil de creer y triste de revisar si observamos en detalle las cifras actuales.

Estos porcentajes no solo se ven reflejados en el mercado editorial per se, sino también en la desaparición física de cientos de librerías alrededor del país, ferias de libros, y espacios culturales cuyo fin primordial es buscar la difusión de la lectura.  Así, en un contexto como este, el interés por la literatura no solo se ha difuminado hasta casi desaparecer, sino que las iniciativas que nacen de proyectos privados y que se dirigen a sectores, en su mayoría, populares, encuentran un camino tumultuoso en la búsqueda de textos accesibles a los recursos y situaciones de los involucrados. Con esto nos referimos, claro, al material impreso. Un formato casi extinto en una Venezuela donde el papel se limita al monopolio que detenta el gobierno y los altos costos que representa una publicación en físico.

En el estudio antes citado se explicaba como en aquel momento eran más las personas que adquirían el habito de la lectura, pero que aún se apostaba por más: “El venezolano está leyendo más hoy, pero no es suficiente para alcanzar el grado de desarrollo que esperamos…”. Así, la práctica que parecía estar en auge en algún punto de la década del 2000 terminó por extinguirse con la precariedad económica que arropó a los diversos sectores del mercado, el editorial incluido entre ellos.

Es importante entender que cada una de las apuestas por el desarrollo y la difusión de la cultura en nuestro contexto actual supone un riesgo financiero e incluso un revuelo social: entre los números millonarios que encabezaban las listas de ventas del 2000-2006 es importante mencionar el campo educativo. Por tanto, la inclusión de planes del estado cercados por la ideología del gobierno de turno, persiguió y aún persigue condicionar la mirada de niños y jóvenes en las aulas de clase, lo que nos relega a un país más precario en criterio y libertad de pensamiento.

 

“Solo una pausa”

 

A mediados de abril del presente año se dio a conocer el cierre de dos librerías insignes de la urbe caraqueña: Entrelibros de Los Palos Grandes, y Estudios ubicada en La Castellana. Estas sedes han albergado por décadas buena parte del movimiento cultural de la capital y han servido como puente entre diversas orillas de la literatura universal. Sin duda alguna, enunciarlas en pretérito resulta desolador para quienes hemos hecho vida en sus espacios.

Sin embargo, y como se ha venido asomando, estas no han sido las únicas clausuras que se han llevado a cabo en los últimos años: en 2018 la librería Lugar Común cerró sus puertas en Altamira, una de sus sedes más frecuentadas por la movida caraqueña. En ella acontecían presentaciones de libros, creación de talleres y tertulias literarias. Quienes la conocieron y visitaron pueden dar fe del gran aporte que supuso al brindar espacios de crecimiento y oportunidad para escritores y también para lectores en constante expansión.

Como lo dijo Garcilaso Pumar, fundador y director de esta red de librerías, esto sería “solo una pausa” y es que la creación de este proyecto supuso una apuesta por el desarrollo de la gestión cultural en nuestro país.

Pensar en los libros como elementos que propician la cultura más allá de los límites físicos del propio objeto, es una oportunidad para revisar el contexto que nos precede y la sociedad que podemos llegar a ser a partir del rescate de la lectura, sus espacios de difusión y la reflexión –tanto individual como colectiva- que se gesta desde la reproducción masiva de un libro.

Al final, la apuesta por la “diversidad ideológica” como se asomaba en el artículo citado, seguirá siendo el norte en un país que busca ser más cónsono con los ideales de una sociedad democrática en la que textos, relatos y ensayos de diversa índole puedan existir sin temor al olvido y la censura.

*Este artículo se publicó en la primera edición del 2021 de Mediopliego. Disponible en nuestra librería digital.

Nuevas publicaciones llegaron a abediciones en las últimas semanas

Nuevas publicaciones llegaron a abediciones en las últimas semanas

Los libros Desinformación en Venezuela de Andrés Cañizález y Cristianismo y sistema musical occidental en Venezuela y América de Jesús Ignacio Pérez Perazzo fueron publicados en los últimos días de forma digital e impresa.
 
La obra de Andrés Cañizález aborda el tema de la desinformación venezolana dentro del marco de la censura, de las fake news y de la pandemia. Todo desde la perspectiva de diferentes teóricos y profesionales de la comunicación. Del mismo modo, el libro tiene la particularidad de estar publicado en dos idiomas: español e inglés. El libro físico posee ambas versiones solo que de lados diferentes, mientras que en la edición digital ambos textos se encuentran por separado en la librería digital de abediciones.
Andrés Cañizález es un periodista y doctor en Ciencia Política que se desempeñó como profesor titular de la Universidad Católica Andrés Bello hasta el año 2020. Es el fundador de la Asociación Civil Medianálisis, una ONG que promueve la democracia y la información libre en el país.
Por otra parte, el libro de Jesús Ignacio Pérez Perazzo gira en torno al impacto de la música occidental en la historia venezolana y de cómo esta fue una de las herramientas más efectivas para compartir y enseñar el estilo de vida cristiano a los primeros habitantes del nuevo continente. Este libro rápidamente cruzó las fronteras venezolanas cuando fue entregado al Papa Francisco por las manos de Mons. Baltazar Porras en su última visita a la ciudad del Vaticano.

Jesús Ignacio Pérez Perazzo es un músico, director de orquesta, docente e investigador. Fue  fundador y primer director del Conservatorio de Música Blanca Estrella de Méscolí y del Núcleo de la Orquesta Nacional de Venezuela, además de ser el fundador y director titular de la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar.