Un nuevo año. Una nueva oportunidad

Un nuevo año. Una nueva oportunidad

La vida nos ha cambiado a todos desde el 2020 y el 2021 nos reafirmó que teníamos que adaptarnos a los cambios y a las nuevas demandas del mundo.

Fue un año en donde se aprendieron muchas cosas y en donde se perdieron otras. La mayoría insustituibles. No obstante, llegamos hasta aquí. Hasta un nuevo año. Un año que se presenta con nuevos retos, oportunidades y, sobre todo, aprendizajes.

En el 2021 no nos dejamos amedrentar por la pandemia y reorganizamos nuestra vida para continuar con ella de la manera más amena y satisfactoria posible. Comprendimos que lo verdaderamente importante es el momento presente. Tanto para compartir con las personas que amamos, como para sacar adelante esos proyectos tan importantes para nosotros.

El año 2022 llegó y le damos la bienvenida con optimismo y debidamente entrenados para enfrentar las pruebas que nos pueda poner adelante.

El equipo de abediciones ha decidido hacer de este año uno maravilloso. Repleto de conocimientos, innovación, excelencia y ganas de superarnos a nosotros mismos todos los días.

Los invitamos a sumarse a este objetivo y a conquistar este nuevo año. Busquen esos espacios en donde puedan cultivarse. Den los abrazos que les permitirán conectarse y, sobre todo, persigan los sueños que harán de ustedes la mejor versión posible.

Feliz año 2022.

Fundación Empresas Polar presenta su nueva oferta editorial: La Gran República de Colombia 1819 – 1831

Fundación Empresas Polar presenta su nueva oferta editorial: La Gran República de Colombia 1819 – 1831

Nota de prensa de Fundación Empresas Polar. Mayo 2021

Como parte el programa editorial de Fundación Empresas Polar, se presentó una nueva obra que contribuye a la difusión de conocimientos y de la historia del país, La Gran República de Colombia, 1819 – 1831, la estrategia para estructurar un estado y consolidar una nueva nación, del doctor Gustavo Vaamonde.

Este nuevo libro sobre la creación de una gran República del Sur, muestra lo que significó un período de once años, el cual marcó un hito importante para la historia de ambas naciones, Colombia y Venezuela, y dejó un legado de aprendizajes de aspectos legales, geográficos, y sobre todo en la conformación de una identidad y valores culturales del país.

“En Fundación Empresas Polar seguimos comprometidos con la difusión de los saberes históricos sobre Venezuela y esta obra, del doctor Vaamonde, así lo ratifica” enfatizó Leonor Giménez de Mendoza, Presidenta de Fundación Empresas Polar.

“Desde el Diccionario de Historia de Venezuela, Historia de Venezuela en Imágenes, la Cronología de Historia de Venezuela, Guardianes de la historia, Huellas de la inmigración en Venezuela, La palabra Ignorada, y muchos otros títulos editados también con la Academia Nacional de Historia y con las universidades nacionales, insistimos que conociendo nuestra historia podremos comprendernos mejor y seguir apostando por el bienestar de nuestro país”, agregó.

Por su parte Gustavo Vaamonde destacó  “Crear un Estado y crear al mismo tiempo una Nación que lo ocupe amerita esfuerzos extraordinarios, así como visiones de futuro precisas y muy acordes con los momentos históricos que se están viviendo. Este fue el compromiso y el esfuerzo más trascendental, a nuestro juicio, que acometieron los fundadores de la República de Colombia. Reunieron dos Congresos, el de Angostura y el de Cúcuta, y elaboraron dos Constituciones para organizar los poderes y la estructura del Estado en medio de la guerra, con más de la mitad del territorio que pensaban poseer ocupado aún por las fuerzas monárquicas. Sin recursos suficientes, ni económicos ni militares, erigieron una República en medio del conflicto y terminaron ganando la guerra. Sin embargo, lo más destacable fue que estos líderes pensaron, diseñaron e implementaron novedosos modelos institucionales fundamentados en una concepción pragmática de los principios liberales de moda en el momento en materias como la educación, la divulgación del pensamiento, la promoción de valores culturales, la creación y estudio de obras de historia y geografía para, entre otros propósitos, crear una conciencia nacional colombiana entre los nuevos ciudadanos.

En el evento de presentación online, Olga González Silén PhD en Historia, fue invitada a dar algunas palabras sobre la obra “quiero felicitar al doctor Vaamonde por su magnífico aporte a la historiografía de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá y a la Fundación Empresas Polar por su continúo apoyo a la difusión de nuestra historia. Este libro contribuirá a profundizar el conocimiento de un proyecto innovador, único en su tiempo, que buscó empoderar a la nación colombiana en un sitial de honor entre las demás naciones» expresó.

Roberto Pérez Perdomo, profesor de la Universidad Metropolitana,  dijo que el tema sigue siendo controversial  y con muchas aristas y preguntas por resolver.“Si era un proyecto que tenía un buen sentido geo-político ¿por qué fracasó? Esta es una tarea que los historiadores no han realizado satisfactoriamente en buena parte porque escriben historias nacionales, dijo. Por eso la importancia del enfoque de la historia comparada.

Los lineamentos institucionales para establecer una gran nación, la educación planteada, la divulgación del pensamiento como modelos universales de coexistencia en ese momento histórico, son algunas de las novedades ofrecidas en La Gran República de Colombia 1819 – 1831.

La Gran República de Colombia, 1819 – 1831 estará disponible en la Librería de Fundación Empresas Polar (0414-3348337) o por el correo libreria@fundacionempresas polar.org.

Sobre el autor:

Gustavo Adolfo Vaamonde. Caracas 1972. Licenciado en Historia y Abogado (UCV). Magister en Historia de Venezuela (UCAB). Magister en Historia del Mundo Hispánico (Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid). Diplomado enEstudios Avanzados en Historia de América y Doctor Cum Laude en Historia del Mundo Hispánico (Universidad CEU San Pablo Madrid). Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia. Ganador del Premio de Historia Rafael María Baralt, ANH Fundación Bancaribe para la Ciencia y la Cultura, Ganador del Premio Nacional de Historia Francisco González Guinan de la ANH. Profesor de la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela.

 

 

 

 

Feria del libro: una parte de la humanidad

Feria del libro: una parte de la humanidad

Por Bruno Berardi

La feria del libro es un evento cultural que funciona como punto de encuentro entre los prestadores de productos editoriales y los lectores o compradores. Es considerado una de las oportunidades presenciales más grandes en el mundo editorial para generar lectores, gracias a la promoción y valoración de la literatura y el conocimiento. Muchos de los países con las ferias más famosas en el mundo, tales como Madrid o Argentina, consideran a este evento como un bien comunitario a favor de la cultura e historia que rompe los límites entre fronteras.

Este evento cultural se remonta a 1932 en Madrid. Se organizó como parte de los actos de la Semana Cervantina, del 23 al 29 de abril. Los puestos se conformaron con casetas de colores con altavoces que usaban las autoridades y los escritores en la iglesia de San Pascual para avivar la calle conocida como el Paseo de Recoletos. La idea fue repetida en los siguientes años hasta el estallido de la Guerra Civil creando una brecha que cierra en 1944. Tras retomar esta tradición, se decidió renombrarla como Feria Nacional del Libro.

Las ferias de libros en España y en Latinoamérica no son como las ferias de Londres o Fráncfort, exclusivas para profesionales en la materia. La Unesco argumentó: “Las ferias son espacios concentradores que reúnen a compradores y vendedores profesionales de forma periódica, durante un lapso acotado de tiempo (por ejemplo, una o dos semanas cada año o cada dos años) […]”.

La creación de las ferias del libro como industrias culturales por parte de las universidades en toda Latinoamérica fue un cambio radical para dichas instituciones ya que lograron generar una vinculación independiente entre el sector editorial productivo, el sector universitario y la sociedad.

 Uno de los puntos principales que tocan las ferias es la interacción con un público infantil. Esto fomenta encuentros agradables entre los libros y los niños lejos del marco de la escuela y la biblioteca, generando así un posible desarrollo del hábito de la lectura a una temprana edad.

La feria del libro no solo presenta los textos escritos. Su localización se convierte en un punto de atracción para aquellas personas que no son lectores con sus shows y charlas sobre cualquier tema de interés. Al final del evento, la feria busca convertir en amantes de la lectura a todos sus observadores. Hay diversos tipos de ferias cuya duración varía, pero todas tienen algo en común, una programación cultural con actividades dinámicas y divertidas. Al final la feria del libro puede ser definida como una fiesta, cuyo anfitrión son los libros.

En el caso de Venezuela se ha creado una gran variedad de ferias a partir de 1967, aunque muchas de ellas, lamentablemente, ya no se encuentran activas. La Cámara Venezolana inició su primera edición en el Palacio de las Industrias, en ese momento se generaron muchos tipos de ferias a lo largo del país: La Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), la Feria del Libro de Caracas, El Salón del Libro en la Universidad Metropolitana, la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo y la Feria del Libro del Oeste de Caracas en la UCAB.

Ahora más que nunca las ferias del libro se han vuelto uno de los puntos de contacto presencial para difundir la cultura a una escala que excede a las librerías o las bibliotecas. Si bien están relacionadas con las artes literarias, sus espacios son escenario de otras artes como la pintura, la música y artesanía, contribuyendo a la difusión del patrimonio cultural de la comunidad y a la conservación de su identidad.    

FLOC 2021: de nuevo con nosotros

FLOC 2021: de nuevo con nosotros

 

Por Sofía Y. Mogollón

Como ha sido anunciado en ocasiones anteriores, la Feria del libro del Oeste de Caracas llegó para quedarse y esta edición lo demuestra. Viendo en retrospectiva a nuestra última feria, en la que enfrentamos de forma directa y por entero el formato digital y sus distintos retos, entendemos la importancia que cobra producir esta sexta edición y traerla a la vida –una vez más- a partir de la presencialidad.

El contraste entre ambos formatos nos ha permitido hacer un balance objetivo y eficaz sobre lo que es pertinente aplicar para esta y futuras ediciones, así como saber aprovechar los recursos que ofrecen ambas modalidades por separado y en conjunto: el valor del público más allá de la pantalla, la interacción y el feedback que sucede en un mismo espacio físico compartido, por ejemplo. De igual forma, rescatamos la posibilidad de poder crear encuentros que serían imposibles de no contar con la virtualidad –charlas, ponencias, presentaciones de libros y otros eventos en los que participan personalidades que se encuentran fuera del país.

Así, la FLOC busca en los pliegues de su breve, pero significativa existencia –que ahora suma 6 años de vida- y se nos muestra como un ser híbrido (entre lo digital y lo presencial) que brinda un repertorio de actividades en las que el libro, la cultura y los modos de conectar ambas orillas, están en sintonía para llevarle al lector y a quienes nos visiten a lo largo de estos 6 días, una experiencia fresca luego de una año de confinamiento en pandemia.

En aras de resaltar la presencia tanto del público como de la feria misma, rescatamos los recursos externos que hacen gala de lo que debe ser y caracteriza un buen evento: la imagen. De vuelta en el 2019, nuestra cuarta feria del libro contó por primera vez con carpas que hicieron un cambio significativo al atraer a más público y hacer más amena la experiencia de todos los involucrados en ella: desde ponentes e invitados internacionales, hasta los estudiantes, libreros y demás visitantes que transitaron por el popularmente llamado fashion boulevard frente a los edificios de aulas, o lo que también se conoce como la colmena. Así, en medio de inauguraciones de exposiciones de arte, presentaciones de libros y eventos musicales, la simbología que vincula a la comunidad ucabista con el campus Montalbán ha logrado cumplir un rol importante al momento de crear un sentido de pertenencia para una feria que se ha vuelto de todos y que se espera con ansias a finales de noviembre desde los últimos años.

 

Nuestra próxima entrega busca repetir la experiencia de lo que una feria del libro representa, esta vez desde un número más reducido de mobiliario –como de carpas, por ejemplo-, pero con una calidad que iguala, y nos atrevemos a decir que supera, nuestras ediciones anteriores. Para ello, contaremos con Francia como país invitado y una variada selección de actividades que puedes conocer a través de nuestra grilla digital. También daremos cuenta de nuestra producción editorial a lo largo de este año, la publicación de libros de autores nacionales y extranjeros, la entrega de la Orden Andrés Bello, stands virtuales y un día que estará dedicado a los niños como parte vital de lo que significa nuestro compromiso con las futuras generaciones y su desarrollo cultural.

De igual forma, a un año de su inauguración, hablaremos de nuestra librería digital, abediciones.ucab.edu.ve, y el cambio que supone poder contar con un espacio cuyas fronteras se extienden tanto como la red global que nos comunica y nos vuelve internautas.

Como ven, la FLOC 2021 promete seguir siendo un espacio de reencuentros en constante expansión que nos permite leer al país, comunicar ideas, generar pensamiento crítico a través de diversas actividades y, sobre todo, continuar poniendo nuestros libros en sus manos. 

 

Si quieres enterarte de los que nos trae esta SEXTA EDICION DE LA FERIA DEL LIBRO DE CARACAS(FLOC 2021) puedes hacerlo a través de cualquuera de estos links:

WEB: https://indd.adobe.com/view/21f1e832-c9d1-4fc8-9903-97108ac0536d

 

CELULAR: https://indd.adobe.com/view/9ec19c0d-ca7a-40fb-a311-1c6688aaf690

 

 

Hablemos un poco de la traducción

Hablemos un poco de la traducción

La globalización ha permitido que los libros viajen por todo el mundo. Crucen fronteras y, sobre todo, ganen el corazón y el interés de millones de lectores sin importar el idioma que hablen. Y la única verdad es que todo esto es gracias a un oficio poco conocido: la traducción.

La traducción existe desde hace cientos de años. Comenzó en la oralidad y, paulatinamente, también se aplicó al material escrito. El ejemplo perfecto de esto fue la traducción de la Biblia, la cual fue del latín al alemán y, posteriormente, a todos los idiomas existentes en el planeta.

El oficio del traductor puede parecer sencillo: transcribir integramente la información en un idioma diferente al original, pero pasa que no es solamente eso. Menos en los campos de la traducción literaria. Esta última se puede entender como aquella a la que se somete a obras como poemas, novelas, cuentos y canciones. En estas obras la sensibilidad y la metáfora son la clave del juego de palabras con el que el autor transmite una historia cargada de emociones y sentidos. La combinación debe ser precisa y perfecta para que suene agradable oído y recree la descripción, que solo existe en la mente del escritor, ante los ojos del lector. Debe sentir, vibrar y percibir cada detalle, pues es esta la razón por la cual consideramos a la literatura un arte.

Es entonces cuando la traducción se vuelve un oficio demandante y delicado. Un oficio en donde se juega con la obra de un escritor y se transforma en la traducción perfecta, no del idioma, sino de las ideas. El traductor debe cuidar de los elementos que anteriormente se mencionaron con la conciencia de que un error en su escritura podría arruinar la obra original ante la opinión del nuevo público.

El traductor posee la libertad creativa, limitada por el conocimiento y las ideas del autor, para recrear el texto en otra idioma  garantizando así que las emociones y descripciones que creo el autor, puedan interpretarse de la misma manera en un idioma diferente. Es por ello que un buen traductor no solamente debe ser bilingüe o políglota, también debe poseer nociones sobre arte, literatura y poesía. Entender sobre cómo se crea una obra y tener la sensibilidad precisa para la elección de las palabras.

En base a esto, hay países, verbigracia Alemania, que poseen leyes sobre los derechos de autor de los traductores sobre sus obras. Estos, claro está, deben contar con la autorización del escritor y este siempre será el dueño de la historia. Los derechos del traductor solo se aplican a la traducción en si misma y a su propia versión. Tengamos presente que puede haber dos traducciones diferentes de una misma obra, cosa que es muy común con los clásicos de la literatura.

Este oficio es delicado y demandante. Por ello, las mismas editoriales son quienes se encargan de buscar y autorizar la traducción de las obras y en el caso de que lo haga el escritor por su cuenta, este debe tener presente que siempre será mejor dejarla en manos de un profesional y no correr riesgos con traductores en línea o con «amigos» que si bien conocen el idioma, no dominan las herramientas necesarias.