Por Bruno Berardi

No es un secreto para nadie que el periodismo es una profesión peligrosa. Muchas personas arriesgan su seguridad para conseguir la verdad de los hechos que enfrenta nuestro país. Hechos que muchas personas tratan de ocultar sin importar lo que cueste, ni las reglas que deban romperse.

 

Todos conocemos esas historias de movimientos revolucionarios que luchan contra las desigualdades más grandes que han azotado a la humanidad. Martin Luther King contra el racismo y Mahatma Gandhi con su lucha pacifista, son algunos ejemplos de ello. Pero pasa que así como estas grandes historias inspiradoras, también existen historias que nadie conoce y que se atribuyen al día a día, pero que, aunque hay quienes las consideren pequeñas, no dejan de ser impactantes. Algunas de vida o muerte, otras de injusticia y algunas sobre el exceso de fuerza para detener la libertad de expresión. Esas pequeñas historias son las que conforman el libro titulado Crónicas Insumisas.

 

Este material literario escrito por Marianela Balbi y Mariengracia Chirinos, consiste en una suma de historias y fotografías de hechos reales. Todos conformados por periodistas, locutores, directores, caricaturistas y activistas que sufrieron de tratos injustos y repercusiones por hacer su trabajo a lo largo de toda Venezuela.  

 

Algunos fueron expulsados del país, otros fueron perseguidos por las autoridades, otros tuvieron juicios sin el menor indicio de justicia y algunos tuvieron heridas que tendrán por el resto de sus vidas. Las historias que el libro nos muestra son muy variadas, ya sea la fecha, el lugar, el medio para el que trabajan y el trato que recibieron. Pero hay una sola cosa que todos tienen en común: no se rindieron ante la censura. No se subordinaron a las injusticias.

 

Para los amantes del periodismo y de su historia, Crónicas Insumisas ofrece una variedad de historias impactantes de este medio. Historias que van desde el fundador del tabloide Tal Cual, Teodoro Petkoff, y su disputa con Diosdado Cabello, hasta la creación del Bus TV y todas las presentaciones que ofrecieron en la calle. La variedad de situaciones que ocurren en el país sin diferenciar el medio o sus trabajadores ante la censura es un punto de inflexión que toca el libro.

 

            Esta recopilación de historias es un testimonio de la integridad y valentía que se requiere para una profesión que busca exponer los hechos como son, no como los demás quieren que sea. Las historias vienen acompañadas con una sutil explicación de los portales que acompañaron a sus protagonistas y los medios que emplearon para adaptarse a las circunstancias.

 

            Las crónicas que conforman el libro son unos granos de arena que reflejan algunos hechos en un desierto de censura que azotó a Venezuela hace más de una década. Las profesiones, el medio y el tiempo pueden ser diferentes pero la historia es la misma, buscan evitar que el mensaje se transmita porque siempre se ha sabido que la pluma es más fuerte que la espada.

 

            Los fotógrafos en cada historia tampoco deben ser ignorados, cada uno como Gabriela Carrera Marques o Vladimir Marcano nos enseñan un rostro o una conexión con cada historia, incluso si es una imagen preliminar o una foto del autor. Cada uno de ellos nos crea una imagen mental vinculada a la narración que descubrimos al envolvernos en la trama.

 

            “Yo no me voy. Tengo que estar, yo soy de los aquí, de los que no se van. Mi compromiso histórico es este y, realmente, estoy orgulloso de eso”.

 

La cita final en la historia de Clavel Jiménez nos muestra ese orgullo con su trabajo  y con su país, ese que todos deberíamos apuntar sin importar cuál sea nuestra profesión. Incluso para aquellos que no son amantes del periodismo, las Crónicas insumisas son historias que podemos tener a la mano si necesitamos inspiración.

 

Algunos continuaron su trabajo en el extranjero, otros estuvieron arrestados en sus casas. Muchos estuvieron presos por llevar las noticias a nosotros y otros fueron golpeados por un bando contrario. Cada uno de estos profesionales de la comunicación tuvo su momento de quiebre en el que su vida dependía de un hilo, pero fueron capaces de superarlo. No solo son historias de periodistas enfrentando la censura, son héroes luchando contra ese obstáculo inamovible que deseamos superar para vivir en una mejor sociedad.

 

 

 

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