El 2020 fue, sin duda alguna, un año lleno de retos. Retos con la salud. Retos con el empleo. Retos con la familia. Retos con la soledad.

Muchos dirán que fue el año más duro o, incluso, el más feo. No obstante, esto no es del todo cierto. Evidentemente se vivieron muchas cosas que están lejos de ser agradables, pero la verdad es que tiempos como estos son los que les recuerdan a las personas el sentido de la humanidad. Es en estos momentos en los que los individuos aprenden que lo único que tenemos en esta vida es el tiempo y que tenemos que aprender a aprovecharlo con las cosas que son verdaderamente importantes, es decir, aquellas que enriquecen al alma y que brindan alegría y satisfacción.  

Otra gran lección del 2020 fue la fuerza personal que cada individuo puede lograr. Se pueden vencer al miedo y a la incertidumbre con un poco de esperanza y confianza en nosotros mismos.

Muchas personas no lograron sobrevivir al año. Otras sí lo hicieron y el único compromiso que se tiene para con los que ya no están es seguir adelante. Mirar al 2021 a la cara y estar seguros de que, a pesar de los cambios que están por llegar, será un año de nuevos conocimientos y nuevas oportunidades.

Como editorial, los invitamos a perseguir sus sueños y a continuar con sus vidas de la manera más satisfactoria posible. Los tiempos pueden ser adversos, pero mientras la llama de la esperanza y el optimismo este encendida en el alma, todo siempre se solucionará de la mejor manera posible.

Feliz 2021.

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