Por Victoria Velutini

 

 

Las historias tienen un espacio especial para todos nosotros. Construyen nuestra identidad desde que tenemos memoria. El lenguaje, del cual no podríamos conocer extensión alguna aún si estudiáramos cada hendidura y esquina que lo compone por el resto de nuestras vidas, es un don que, sin duda, hemos aprovechado. No solo nos construye (puesto que gracias a él tenemos consciencia plena de nuestra propia existencia) sino que hemos aprendido a observar su estructura en cada escenario de la cotidianidad. Así, podríamos decir que existe una narrativa inherente a todos los espacios que habitamos, las personas que conocemos y las etapas que transitamos. Si lo vemos de esta manera, no es descabellado pensar que nos encontremos tan apegados a este género literario cuando, precisamente, es parte de quienes somos.

A pesar de que abediciones, editorial de la Universidad Católica Andrés Bello, no esté dedicada especialmente a la producción de todo eso que entra en “lo narrativo” —es decir, cuentos, novelas, relatos cortos, poesía, etc.—, le ha prestado especial atención en los últimos meses. Ser parte del proceso de edición, producción y distribución de ejemplares de índole narrativa ha traído consigo diversos desafíos, mas el resultado es, en definitiva, gratificante. Al avistar el futuro de abediciones, es claro que sus pasos se encuentran en sintonía con esta tendencia, lo que habla, a su vez, de la necesidad de incorporar a la literatura en la rutina del venezolano, hacer que la lectura no sea solo un hábito o una manera de adquirir información, sino una actividad que represente tanto reflexión como recreación en un mundo que alaba la inmediatez. Los siguientes son los ejemplares que se han publicado en el año 2024 y algunos que, muy pronto, se encontrarán en sus manos.

2024 empezó con una publicación imponente: la edición centenaria de Ifigenia, de Teresa de la Parra. Dicho proyecto llegó a la editorial por parte del Museo del Libro Venezolano. La propuesta hablaba de conmemorar a una de las obras más importantes de la literatura de nuestro país y, con ella, la voz de una escritora irrepetible, cuyo eco todavía podemos escuchar en la narrativa actual. Ifigenia (recuerdo para los lectores e invitación para aquellos que no la han leído), es una novela ambientada a mediados de los años 20, en la que su protagonista, María Eugenia Alonso, debe enfrentarse a la realidad femenina ante el desamparo paterno y mercantil en dos polos que parecen opuestos, pero tienen más puntos de convergencia de lo esperado. Por un lado, María Eugenia experimenta las libertades de la capital francesa y, por otro, se ve obligada a permanecer en las paredes de las casas de tejado rojo de la Caracas de antaño. Su desenlace, como el título delata, es propio de la tragedia.

Esta edición centenaria del clásico de la literatura latinoamericana contiene traducciones de los términos franceses, utilizados a lo largo de la novela, al pie de página, para facilitar la experiencia lectora. Así mismo, se trata de la totalidad del texto, por lo que es una gran adquisición para aquellos que poseían ediciones anteriores, usualmente, divididas. Por último, si hablamos de estética es una versión preciosa, ya que no solo el diseño denota la delicadeza de la prosa, sino que, en la división de los capítulos, el lector podrá encontrar imágenes de la autora pertenecientes a la Biblioteca Nacional y a diversas colecciones privadas.

Saltando a la contemporaneidad, encontramos Adiós, Miss Venezuela, de Francisco Suniaga. La trama de esta novela, propia del género noir, se centra en el abogado margariteño José Alberto Benítez  —personaje emblemático del autor— y su nuevo caso: descubrir las condiciones en las que murió una antigua Miss Venezuela. Sin duda, es una de las novelas más conocidas de la última década en el país. La editorial adquirió los derechos de la obra temprano este año y, rápidamente, se ha convertido en uno de los ejemplares con mayor potencial comercial.

Los libros digitales también han sido parte importante del crecimiento de la colección de narrativa en abediciones durante este año. Una de las publicaciones más recientes es Cumbe: crónica de un sarapampán afrocaribe, de Néstor Luis Garrido, en colaboración con el Espacio Anna Frank. Dicha novela se encuentra ambientada en un pueblo ficticio llamado San Juan de Cumbe, en el que un concurso musical de directrices ambiguas se convierte en una auténtica batalla entre bandos. Con una temática culturalmente sincretista, se destaca entre los ejemplares narrativos.

Karl Krispin, a su vez, publicó dos novelas en formato digital con  abediciones: Con la urbe al cuello y La advertencia del ciudadano Norton. La primera construye el complejo ambiente caraqueño desde la inteligencia que reside en la comedia y, la segunda, juega con una suerte de metaficción, en la que el personaje principal queda atrapado en su propia creación (guiño al ego moderno); aleccionadora y dinámica, es un gran ejemplo novelístico.

Anteriormente, habíamos mencionado que los pasos de la editorial se encontrarían con los de la narrativa en el futuro y, puesto que este espacio celebra el género dentro de su catálogo, daremos algunos adelantos de lo que serán los nuevos proyectos. Se estará editando la nueva novela de Francisco Suniaga, El pacificador. Junto con esta novedad, también tendremos el más reciente manuscrito de Eduardo Liendo, titulado Doy por vivido todo lo soñado. Para terminar, es pertinente mencionar que nos encontramos desarrollando un proyecto editorial emocionante junto con equidistancias, editorial argentina: una antología de relatos con autores venezolanos que se hallan fuera de nuestras fronteras.

Quizá hablar de una “tendencia”, cuando el resultado es tan extenso, sea quedarnos un poco cortos. Dentro de las oficinas de la editorial, bromeamos sobre esta estadística, porque la narrativa consume, cada vez más, nuestro tiempo y esfuerzo creativo. Esto es, me parece, síntoma de que las historias acuden a nosotros tanto como nosotros acudimos a ellas. Ojalá la reciprocidad dure mucho tiempo y la narrativa continúe creciendo en abediciones.

 

 

 

 

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