Durante el lanzamiento de su nuevo libro, publicado por la editorial de la UCAB, el Premio Nacional de Literatura 1991 defendió el arte como acto de resistencia y exploración de lo oscuro. A sus 85 años, el autor deltano dialogó sobre la inteligencia artificial, la frivolidad contemporánea y por qué la creación -aun en tiempos de redes sociales- sigue siendo territorio de minorías audaces

En el marco del Día Mundial del Libro -efeméride que la UCAB conmemora desde hace cinco años con varias actividades-,  el miércoles 23 de abril la editorial de la universidad, abediciones, presentó dos textos relacionados con el veterano escritor venezolano José Balza: El ejercicio de ser. José Balzade la periodista María Ramírez Delgado, y Forma y color, del propio autor.

La nueva obra bibliográfica del Premio Nacional de Literatura 1991, doctor honoris causa por la Universidad Central de Venezuela y por la Universidad Cecilio Acosta se constituye como un compendio de ensayos críticos sobre el arte venezolano que, en cuatro capítulos y casi 400 páginas, aborda el trabajo de figuras como Nelson Garrido, Nelly Barbieri, Alejandro Otero, Jesús Soto, Pedro Barreto, Mercedes Pardo y Ana María Mazzei, entre otros creadores y temas. El prólogo fue escrito por la curadora y psicóloga venezolana Patricia Velasco Barbieri.

Entretanto, el texto de Ramírez Delgado se basa en conversaciones sostenidas con el escritor. «‘Aparece a partir de mi curiosidad por un aspecto particular que yo estaba trabajando: la vida interior. (…) busca invocar a partir de ciertas preguntas, esas vivencias, recuerdos y la forma en la que creo que la vida interior se revela. Es por ello que la mayoría de las preguntas son hechas desde esa búsqueda de la reminiscencia y el pensamiento de Balza», explicó Ramírez.

José Balza: entre arte y letras

Durante el bautizo, realizado en la sala Loreto Arismendi del Rectorado de la universidad, Balza (Delta Amacuro, 1939) ofreció unas palabras sobre el oficio de la escritura. Aseguró que la persona más próxima a la verdad social es el escritor.

«Todas las encarnaciones del ser humano están obligadas a una actuación que los convierte en un elemento de la sociedad. El escritor está tan lejos de lo que escribe porque, cuando los libros salen, por mucho que uno quiere saber de ellos, tienen una vida propia. Uno no sabe de ellos. El escritor es el más inocente y la persona más ajena al rol social de lo que hace. Ser escritor me ha dado esa libertad: ser yo», dijo.

Tras el evento, en el que participaron representantes de la editorial ucabista, profesores y representantes del mundo de la cultura, el escritor de 85 años de edad también afirmó que el arte, más allá de su formato -ya sea rap, música académica o pintura- tiene como fin último emocionar al espectador, quien es partícipe del proceso.

En ese sentido, destacó la subjetividad de la experiencia estética por lo que, aunque algunas obras contemporáneas puedan parecer frívolas, lo esencial radica en la conexión personal.

«El arte es lo que tú quieres que sea. Si a ti te conmueve profundamente ese hueco de la pared, ese es el arte», afirmó. Agregó que lo que las expresiones puedan despertar dependen de cada quien, de los distintos vínculos con la realidad y «la profundidad que tú tienes adentro. Hay una profundidad que el artista pone, pero también hay una profundidad que el espectador pone», recalcó.

«En el arte lo que hay es una búsqueda o del misterio o de la belleza (…) cualquiera de los dos te puede conmoverAsí palpita el corazón», dijo.

El crítico subrayó la importancia de comparar estilos diversos -como el rap con un bolero o una fuga de Bach- para ampliar el criterio individual. «Al comparar, si no eres tan bruto, te va a interesar», sostuvo, defendiendo que la elección artística revela la esencia de cada quien.

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Pero la mirada de Balza no se limita a lo luminoso. Para él, la oscuridad también es fundacional. Acerca de la creación artística, apuntó que es justo en lo sombrío donde germinan las obras más profundas. Así, para el artista, el filósofo o el músico explorar lo oscuro, lo perverso, lo inexplicable, es esencial. De allí surgen los contrastes que alimentan su obra.

«El mundo del artista está más, diría yo, en función de lo oscuro, de lo inexplicable, de lo sombrío, de lo perverso. Allí está», sostuvo.

Lejos de ser una elección, esta oscuridad -siguió- es una condición inherente a ciertos ámbitos, como la política, que opera desde la sombra por naturaleza. Frente a ella, el arte también se erige como un ejercicio de confrontación.

«Escribir es un acto de resistencia. El arte es una manera de oponerse a lo que te daña, a lo que te duele, a lo oscuro, a lo que no puedes explicar; y a la vez estás elogiando lo positivo, iluminándolo, aclarándolo para ti mismo, para un público», aseveró.

Tecnología, literatura y vida: el optimismo crítico de José Balza

A lo largo de más de seis décadas de trabajo, Balza ha escrito -quizás desde la oscuridad y sombras que ha vivido- diferentes textos luminosos como Marzo anterior (1965) Narrativa: instrumental y observaciones (1969), Los cuerpos del sueño (1976), Percusión (1982), Este mar narrativo (1987) y Medianoche en video: 1/5 (1988); también relatos como La mujer de espaldas (1986), Un Orinoco fantasma (2000), o El doble arte de morir (2008). Además, redactó una serie de ensayos entre los que figuran Este mar narrativo (1987), Iniciales (1989), Observaciones y aforismos (2005, ampliado en 2016), El bolero: canto de cuna y cama (2002) y Ensayos para interrumpir (2023), entre otros.

A propósito de su extensa trayectoria,  El Ucabista pidió al autor algunas reflexiones sobre su obra, así como sobre el mundo actual, las nuevas tecnologías y su impacto en la vida y el mundo creativo. En todas dejó entrever una suerte de optimismo crítico, a pesar del caos que pueda suponer la realidad.

«Habrá algún día máquinas haciendo poemas de amor, ya los hay. Pero eso no significa que un poeta al enamorarse no haga un poema superior a todo lo que hayan hecho las máquinas»afirmó.

—Usted suma más de 60 años de carrera, de letras y arte. ¿Cómo mira ese tiempo en retrospectiva?

«Siempre hay algo naciendo y haciéndose. Y si en este momento vemos lo que ha madurado a lo largo de 60 años, después veremos lo que está sucediendo hoy. Ya se ven cosas muy importantes en todas las áreas: en la fotografía, en la literatura, en la música. Siempre son como señales. El tiempo es el que puede afirmar el desarrollo. ¿Por qué? Bueno, porque un artista con gran talento para la música puede morir muy joven. Su obra queda interrumpida, pero al lado suyo viene otro artista que está desarrollando un trabajo y que madurará después. Esoes igual para todas las disciplinas. No creo que haya interrupciones del proceso creador. Creo que hay una continuidad que hace explosión en determinados momentos, pero a lo largo del ser humano y de la historia y del tiempo siempre algo está pasando. que quizás no se nota, pero está allí». 

—¿Cuáles son sus aportes a las letras venezolanas?

«Creo que no solamente yo, el grupo de jóvenes con quienes yo estuve  teníamos un respeto sagrado por la escritura, pero a la vez teníamos una irreverencia juvenil completa hacia la escritura. Se daban las dos cosas al mismo tiempo. Y quizá esto hacía que pudiéramos parecer muy iconoclastas, muy violentos, pero a la vez estábamos rescatando cosas olvidadas. Nosotros veíamos la obra de (José Antonio) Ramos Sucre como un modelo de lo que había que hacer, pero a la gente no le interesaba Ramos Sucre. Les gustaba el criollismo, la décima, lo popular. No te olvides que venía el final de Pérez Jiménez y surgía la democracia. Y curiosamente ambos coincidían en el gusto estético. Mucho de los Pérez Jiménez, es decir, la música llanera, etcétera, era lo mismo que los socialdemócratas querían imponer: el criollismo de Gallegos. Es una cosa insólita. Pero en cambio nosotros veíamos algo más. Nos interesaban más otros autores escondidos para  aquel criterio. Entonces, te diría que fuimos rescatando lo que nos interesaba: Ramos Sucre, Teresa de la Parra, Guillermo Meneses, Julio Garmendia». 

—A propósito de la tecnología, ¿qué opina sobre el despliegue de la inteligencia artificial en el arte?

«Creo que hay como una alarma, una alarma actual por la aparición de la inteligencia artificial. Y creo que es natural, pero esa alarma siempre ha estado. Cuando apareció la imprenta, hace 500 años, la gente se volvió loca y decían que se iba a acabar, los que iluminaban con oro, los grandes libros, etcétera, que eso desaparecería. Sí desapareció como tradición diaria, pero el libro se transformó en otra cosa y hoy el libro es virtual, pero sigue siendo libro (…) Pero el fenómeno está en la comprensión mental del texto y eso no va a cambiar. Eso tiene que estar allí, porque si no cómo estudias, cómo lees, cómo sabes. Yo creo que son procesos que se sustituyen unos a otros y hay que darles la bienvenida. Tomándolos con cuidado, con precaución».

 

—¿No cree que una máquina va a sustituir, entonces, al oficio del escritor?

«Toda máquina es una maravilla, y en este momento lo que está haciendo la inteligencia artificial es muy importante. Es muy valioso, pero siempre pienso que los problemas profundos del ser humano son del ser humano. Entonces, una máquina no va a ser un ser humano. El ser humano estará siempre; por mucho que una máquina imita los matices del amor, solamente quien se enamora sabe lo que es el amor. Por lo tanto, habrá algún día máquinas haciendo poemas de amor, ya los hay. Pero eso no significa que un poeta al enamorarse no haga un poema superior a todo lo que hayan hecho las máquinas. Creo que hay un paralelismo entre esas realidades que hay que aprovechar».

—De cara a los tiempos que corren, donde la apatía pareciera ser una constante, sobre todo en los jóvenes que se rehúsan a leer, ¿por qué es importante insistir en la lectura?

«Esa pregunta creo que exigiría un desarrollo muy largo. Decimos que los jóvenes no leen. Pero lo que hay que preguntarse es ¿Qué lees cuando abres un libro?  Hoy una muchacha va a tener una experiencia del amor en un grado absoluto, como la tuvieron Romeo y Julieta, sin leer la novela porque vio la historia en una película, en un vídeo, porque se lo cuentan, porque una canción lo dice, etcétera. Entonces creo que hay medios distintos para los mismos sentimientos».

—¿Cómo se debe entonces fomentar el pensamiento crítico para que las personas quieran hacer otras cosas que no sean las redes sociales e influir, quizás erróneamente, en la sociedad?

«Creo que en este momento el planeta está invadido por las redes sociales y por los instrumentos informáticos. Es imposible negarle a cualquiera acercarse a eso. Hay que aprovechar y utilizarlo en vez de despreciarlo. Que los libros, la buena música, las películas buenas estén allí para que la gente tenga acceso. Porque si un muchacho solamente ve películas muy malas, el problema es de él. Pero ese muchacho hoy fue igual en la Edad Media y en el Renacimiento. ¿Tú crees que es culto un japonés que tiene la Mona Lisa en su teléfono? Es tan frívolo y estúpido como el que nunca ha ido al Louvre. Entonces, yo creo que siempre la filosofía, la literatura, la pintura buena, la música buena son para minorías. Los seres humanos somos animales y nos quedamos en nivel animal, es decir, en comer, hacer el amor, tener el carro, lucirnos, pavonearnos y ya está. Pero hay algunos que somos tontos y creemos en la literatura y en el arte y en la música buena y la vivimos. Pero son minorías. Eso fue así con los griegos en el Renacimiento y dentro de 1.000 años también si hay planeta. No tiene remedio, eso es así».

—¿Qué consejo daría a los jóvenes que, de pronto, quieren incursionar en el mundo de la escritura? 

«No hay una  frase u orientación precisa. No. Yo creo que lo que hay que hacer es vivir. Pero vivir analíticamente. Es decir, goza muy bien esta noche, este baile, este amor, esta amistad, y al día siguiente piensa sobre eso. Tienes que pensar sobre lo que haces. Si no piensas estás perdido. Entonces, es cosa de entregarse al maremágnum de la locura y luego recapacitar. Esa recapacitación te lleva o a escribir o a pensar o a cambiar el tono de vida. ¿Quién sabe? Puedes cambiar todo, hasta de sexo, puedes cambiar todo, dependiendo de lo que veas».

Los dos recientes textos publicados por abediciones sobre José Balza estarán disponible para su adquisición en librerías de Caracas y otras ciudades del país, así como a través de su sitio web: abediciones.ucab.edu.ve.
 
Para más información, los interesados pueden seguir la cuenta @abediciones.ucab en Instagram.
 
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá. Publicado originalmente en El Ucabista el 24 de abril de 2025.