Crecí leyendo

Crecí leyendo

 Por Mariela Mendoza Díaz

 

Cuando a mi hogar llegaban los vendedores, mis padres les abrían la puerta, los hacían pasar y hasta café les ofrecían. Allí comienzan los primeros recuerdos de mi relación con los libros, esos que han construído y siguen construyendo mi vida.

Como mi papá soñaba con tener un hijo médico, y yo fui la elegida para cumplir ese sueño, él decidió comprar una enciclopedia de medicina a uno de esos vendedores ambulantes que llegaban a casa. Esos libros se podían pagar a plazos y hasta se firmaban giros que comprometían legalmente.

Luego, mi papá soñó con tener una hija política, que fuera altruista y que hasta llegara a ser alcaldesa. Por eso buscaba libros de historia, de economía y de polémicos temas de actualidad.

En medio de esos sueños ajenos había visitas a los quioscos de revistas y a cada hijo complacía en la compra de sus revistas de preferencia. Había cómics que él llamaba peneques de Tamakún, Kalimán y el pequeño Solín. Había risas, había spoilers y no usábamos esa expresión, simplemente coreábamos: “No. No. No nos cuentes el final”.

La compra de la lista del colegio era lo máximo: mis padres no escatimaban en lo necesario para el año escolar. Desde entonces las librerías se convirtieron en mi templo y, en medio de esas vivencias, retumbaba en mi mente una letanía permanente: “la mejor herencia, la educación”.

En la casa de infancia también había tertulias sobre las cosas que mis padres leían en el periódico y hasta de los chismes de la farándula de la época…

Otro hecho significativo que ayudó a consolidar mi pasión por la lectura y los libros fue una sorpresa que me dio mi muy querido profesor de Castellano en el bachillerato. Él, quien publicaba semanalmente una columna en el periódico local, me dijo que comprara el periódico de la semana siguiente pues allí encontraría algo que de seguro me gustaría. Cuál sería mi asombro y el de mi padre al ver que mi profesor me había dedicado el artículo y lo tituló “Conversando con Mariela”, donde narraba sus experiencias de conversar conmigo en el recreo. Mi papá -cuando vio mi nombre en el periódico- soñó que tal vez podría ser periodista o abogada… Y eso trajo más libros a la casa.

¡Crecí! Sus sueños -ahora- eran los míos…

Estudié con libros. Mis compañeros usaban libros e investigábamos en las bibliotecas. Incluso, en muchas ocasiones, mi mamá me acompañaba a la universidad y se quedaba en la biblioteca mientras yo estaba en clases. En nuestros paseos visitábamos librerías, comprábamos, disfrutábamos de hablar de autores, de los personajes como si de vecinos se tratasen. A mi alrededor, siempre estaban los libros.

Crecí más… y me encontré haciendo lo mismo con mi hija. Recuerdo con especial agrado al señor Heriberto, dueño de un quiosco de periódicos que le guardaba a mi hija todas las colecciones infantiles que traía la prensa, las revistas de Barney, de princesas y cuanta otra revista saliera a la venta. Tanto Heriberto como mi hija sabían que yo las compraría. Se repite el ciclo de vivencias e interacción entre ella y yo con los libros hasta hoy en día.

Y, de repente, descubro que muchos a mi alrededor no atesoran ese tipo de recuerdos, de historias que cuentan con los libros como protagonistas. Hago consciencia de que la lectura no es una actividad común, que la mayoría no ve en el libro una herramienta para crecer y hacer realidad los sueños, y que la frase “la gente no lee” -que no me gustó cuando la oí y aún no me sigue gustando- me resultó el síntoma de un problema al cual había que prestar atención.

Cuando supe que había familias que no habían tenido la oportunidad de disfrutar de los libros, pude sentir y reconocer el valor de haber crecido en un hogar lector, de la importancia de soñar, de la imaginación y de la motivación. En ese instante supe que hacían falta espacios para los amantes de los libros. Necesitaba más lectores a mi alrededor… eso me llevó a querer llevar a otras personas lo mismo que yo había vivido.

Había que aportar, hacer algo. Así comenzó la aventura de trabajar promoviendo la lectura y nació BUSCADORES DE LIBROS DE GUAYANA, con la premisa de dar de leer, acercar los libros a las personas, despertar solidaridad, inspirar a leer con nuestras acciones con una frase que la usamos desde el día uno: “Más lectores, mejores ciudadanos”.

Y con esa frase por delante empezamos a realizar intercambios de libros, bazares literarios, clubes de lectura, cuenta cuentos, charlas; creamos un concurso de poesía para jóvenes entre 15 y 25 años, llamado “Descubriendo Poetas”, que va por su sexta edición y es válido a nivel nacional; hemos realizado concursos de fotografía con el tema de capturar imágenes inspiradoras que nos motiven a leer y, en medio de todas esas actividades, empezaron a llegar los donativos de libros usados y así nació de manera natural nuestra otra tarea: reubicar libros donde hicieran falta… en escuelas, liceos, universidades, zonas rurales y otras organizaciones que promueven la lectura.

La calle, las universidades, escuelas, colegios, plazas públicas, semáforos, centros comerciales, salas de arte, restaurantes, mercados públicos, empresas, viveros, estacionamientos de calle, campos, entre otros, han sido, desde el 2010, los lugares donde hemos realizado actividades, donde las personas nos reciben con entusiasmo y regocijo. Los que leen y hasta los que no, tal vez por curiosidad.

Nos hemos convertido en referencia en Ciudad Guayana y, por buena suerte, a partir del 2017 contamos con un local en un centro comercial (C.C. ZULIA), que nos ha permitido reinventarnos. Este espacio marca un antes y un después de nuestra gestión, que nos llevó a ser más creativos y diversificar las actividades, eso sí, con el libro siempre presente. Allí realizamos talleres de arte, producimos eventos, cursos, clases de ajedrez, encuentros ciudadanos, etc.

Todo lo vivido nos hizo sentir que había que insistir en conectar con la gente que más necesita, con los habitantes de zonas vulnerables, donde no hay suficientes recursos para libros escolares, computadoras, internet, ni bibliotecas… e intentar compartir con ellos el hábito de leer, descubrirles el poder de transformación que tienen la lectura y la imaginación.

Decidimos no ser tan solo un momento fugaz en sus vidas y para ello creamos nuestro programa social “Juntos Hacemos la Diferencia”. Desde el 2019 tenemos a 14 niños (hoy jóvenes adolescentes) de bajos recursos a quienes estamos acompañando en su etapa de estudios desde 6to grado hasta que terminen bachillerato, haciéndoles vivir experiencias que enriquezcan sus vidas y aportando herramientas que le permitan un mejor desempeño escolar.

En este programa hay risas, paseos, talleres de escritura, de oratoria, de modales y más, hay libros, cuentos, cuadernos, lápices y, especialmente afectos. Tres años después estamos contentos de los resultados, pero no conformes. La pandemia afectó mucho el ritmo de trabajo con los jóvenes, pero nos trajo también una idea nueva que de inmediato pusimos en práctica: las minibibliotecas, atendidas por amas de casa en la sala de sus hogares.

Ahora mismo tenemos dos minibibliotecas en una zona llamada Cambalache, que entre otras cosas fue un vertedero de basura y en su entorno se desarrolló esta comunidad retirada de la zona urbana de Puerto Ordaz. Allí estamos sembrando cultura, arte, gastronomía, encuentros artísticos, celebraciones y todo lo que sume a darle valor al sitio y al ama de casa que lleva las riendas. Estamos haciendo lo posible para que esos espacios se sigan multiplicando con el apoyo de madres de los jóvenes que integran el programa social, que han visto la evolución de sus hijos y los cambios positivos que muestran. En la sala de esos hogares hemos logrado colocar estantes con todos los libros necesarios para hacer las tareas, mesas, sillas, etc., adecuando el sitio para que las madres atiendan a quien lo requiera, prestan los libros, ayudan en las tareas y desde hace un par de meses hasta encuentros semanales para leer, conversar, compartir, ponerse de acuerdo, educar de distintos temas.

Leer ilumina, conecta, nos acerca, suma voluntades y Buscadores de Libros es la suma de voluntades y de solidaridad de amigos, voluntarios, colaboradores y hasta de un par de empleados. Somos gente de fe, creyentes de lo que hacemos y convencidos de que es el camino que el país necesita para renacer.

Una vez leímos de André Gide, escritor francés, lo siguiente: “Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿Quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta:
¿Qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran”.

Y nosotros, en Buscadores de Libros, desde hace 12 años, hacemos el camino más corto a esos encuentros.

Un secreto sobre un secreto

Un secreto sobre un secreto

El sábado 17 de septiembre a las 11:00 a.m. en los espacios de El Archivo Fotografía Urbana en San Román, los equipos de abediciones y El Archivo Fotografía Urbana presentaron el más reciente trabajo de Johanna Pérez Daza, Un secreto sobre un secreto, el cual también se considera el primero desarrollado dentro de la alianza editorial y con el que se inaugura la colección En Foco.

Presentación del libro.

Diana López, directora general del Archivo Fotografía Urbana; el fotógrafo y director curador del Archivo Fotografía Urbana, Vasco Szinetar y el director de abediciones, Marcelino Bisbal, acompañaron a la autora del libro, Johanna Pérez Daza, y a la protagonista del mismo, María Teresa Boulton, durante la presentación y posterior bautizo.

“Una fotografía es un secreto sobre un secreto, cuanto más te cuenta menos sabes” es la cita de Diane Arbus que marca las primeras páginas del libro, del mismo modo, es la inspiración del título del mismo. En sus páginas se relata la vida, las pasiones y las ideas de María Teresa Boulton, recogidas en una entrevista que, durante semanas, realizó Johanna Pérez Daza para conocer y profundizar en la mente de una de las fotógrafas e investigadoras más importantes que ha tenido Venezuela.

Johanna Pérez Daza, periodista, profesora universitaria e investigadora; fue la responsable de la entrevista y, posteriormente, de la transcripción de aquellas largas horas de conversación que se convertirían en un libro de 110 páginas que, además de proporcionar un perfil acertado de María Teresa Boulton, también presenta un registro del quehacer fotográfico.

Un secreto sobre un secreto

La entrevista proporciona información precisa y amena que ayudará a los lectores no solo a conocerla desde sus inicios en el campo con la creación de La Fototeca junto a Paolo Gasparini, hasta su labor docente y producción literaria, sino también a tener conciencia de la evolución e impacto que ha tenido el sector de la fotografía en el país.

 

 

Vasco Szinetar sostuvo durante la presentación que Boulton “es una de las pioneras de la fotografía moderna y sistemática. Por no mencionar que es de las primeras en dejar testimonio del desarrollo de la fotografía, motivada siempre por su valor histórico” y es que ella fue la fundadora y directora del Centro de Fotografía y la revista Extra Cámara. Del mismo modo, es considerada una de las más destacadas investigadoras venezolanas especializada en la fotografía.

María Teresa Boulton

Con las respuestas espontáneas ofrecidas durante la entrevista, se puede retratar a la mujer que fue madre y esposa, y ahora abuela. La misma Pérez Daza sostuvo durante la presentación que María Teresa “es un ejemplo de mujer que logró equilibrar el tiempo impuesto por la familia y por el trabajo”.

“Mi relación con la fotografía no es un trabajo, es un placer. Descubrí en ella a un mundo que no conocía. Un mundo loco, pero que me encantaba”. Fue la expresión con la que María Teresa Boulton definió su labor.

Un secreto sobre un secreto es el primer libro editado por abediciones bajo el sello de la colección En Foco, la cual también pertenece al Archivo Fotografía Urbana. Dicha colección, como bien se explica en la contraportada del libro, busca hacer un recorrido por la fotografía venezolana y sus autores, a través de entrevistas a reconocidas personalidades que han dedicado su vida a la investigación, el pensamiento y la difusión de la fotografía como forma artística. Siendo el objetivo publicar un libro cada año.

El libro se encuentra a la venta en las diferentes librerías del país y se recomienda enormemente a aquellas personas que sienten el gusto y el llamado de la fotografía.

Una carta, una historia, una familia

Una carta, una historia, una familia

Por Bruno Berardi

Ser un padre no es una tarea fácil. Ser responsable de la vida y la educación de alguien más puede ser uno de los trabajos más complicados en el mundo, sin importar lo preparado que estés. Pero todo padre que quiera que su hijo sea feliz, tratará de impartir las enseñanzas que uno mismo aprendió con el tiempo. No porque uno sepa más, sino porque quiere lo mejor para él. Tratamos de dejarles algo que pueda ayudarlos a forjar su futuro, uno lleno de esperanza.

Carlos Dorado, economista y licenciado en Contaduría Pública, es un padre que quiso llegar a sus hijos usando la lectura en una de sus obras, Cartas a un hijo. Esta es una serie de versos cortos dedicados a las experiencias, moralejas y pensamientos que tuvo a lo largo de su vida dirigidas a sus hijos. Sin embargo, no es exclusivamente a ellos quien van dirigidos. Las cartas abarcan varios temas con los que podemos sentirnos identificados.

Un emigrante que conoce una tierra nueva. Un venezolano que se empeña en su camino al éxito. Un viaje por el mar de los recuerdos familiares y cómo nuestros padres nos hicieron sentir en casa. Un legado que buscamos difundir o un propósito que deseamos alcanzar. Cualquiera de estas cartas tiene el potencial de tocar nuestros corazones. La conexión directa que el autor presenta con el relato de su propia vida, nos permite adueñarnos de esa historia y convertirla en un puente para nuestras más profundas e importantes memorias.

 “Recuerdo mi primer viaje en avión, cuando siendo un niño vine a Venezuela con mis padres. No cerré ni un ojo durante el viaje para descubrir todo lo que estaba a mi alcance, comenzando tímidamente por el cenicero (en esa época se fumaba en los aviones), y siempre observando lo que hacían los de al lado (costumbre muy gallega); tenía pánico de que se fuese a caer el avión por mi culpa”.

 

Uno de los puntos que más toca Carlos Delgado en su libro, son las experiencias que tuvo de niño con sus padres. Un hombre que habla de los recuerdos que tuvo, dirigiéndolo al futuro. Son 3 generaciones en su familia vinculadas a estas palabras. Demostrando que no importa el tiempo que sea, o la situación en la que esté, la búsqueda de la virtud y el amor de la familia siempre están presentes en nuestras vidas.

 El éxito es otro tema fundamental que toca el autor. Carlos Dorado no solo es escritor y economista, es presidente del Banco Internacional Italbank y la Corporación Frida Kahlo. En su libro nos relata un poco de estos puntos importantes en su vida profesional. Aunque en sus cartas, resalta la importancia de la búsqueda de la felicidad, no de lo material. En un capítulo mencionó que:

“Es bello tener cosas, pero la clave es que tú las poseas, y no ellas a ti; si aquello que posees constituye los cimientos de lo que eres, vas a tener serios problemas de felicidad en tu vida”.

Este libro es un regalo de un padre a sus hijos. Y, a pesar de que no era la intención del autor al pedirlo, sus hijos respondieron a esto. En el preludio a todas estas moralejas e historias, los hijos dedicaron un pequeño espacio para escribir sus propias cartas a un padre. En esencia todas ellas podrían resumirse a una sola palabra: “Gracias”. Palabras que deberíamos decir más seguido a todos aquellos padres, madres, figuras paternas y pilares emocionales en nuestras vidas.

El éxito no fue el único punto que el autor quiso dejar como brújula en su escrito. El amor, no solo a la familia, sino también hacia la pareja, es otro de los temas que podemos ver reflejado en sus cartas. Lo curioso es que no lo demostraba en su propia relación, sino de la de sus padres. Una de las frases que abarca este punto, la enfatizó con un recordatorio:

“Evita en lo posible los conflictos, pero aquellos pocos que puedan tener, acuérdate que siempre es reconfortante escuchar al final de una discusión: ´pero te quiero…´, en vez de decir: ´te quiero, pero´. Sin olvidarte nunca, como decía mi madre, que perdonar es el acto más grande de amor; pero ganarte el perdón, es la responsabilidad más grande. 

En todas las librerías uno siempre encuentra esa sección dedicada a los libros de autoayuda, superación y consejos. Muchos de ellos inclinados a cómo mejorar las relaciones, pero ¿Cuántas de ellas realmente son enfocadas para agradecer? Usando experiencias tan cotidianas que cualquiera pueda sentirse familiarizadas con estas. Todos deberían tener al menos un libro con esta temática. Un libro enfocado en el aspecto humano, en la virtud y el cariño, pero, sobre todo, en la familia y el bien que nos hace tenerla.

abediciones reedita novela “Llévame esta noche”, del venezolano Miguel Gomes

abediciones reedita novela “Llévame esta noche”, del venezolano Miguel Gomes

Escrito por Grace Lafontant León. El Ucabista

Fotos: Manuel Sardá

 

El libro se publicó en el país a beneficio del programa de becas de la UCAB. Ambientada en Caracas, la historia se pasea por la nostalgia, el duelo y el desarraigo. «Tenemos que leer aceptando que la literatura venezolana ahora tiene muchas provincias», comentó el escritor, residenciado en Estados Unidos

 

Miguel Gomes (1964) es un reconocido escritor venezolano quien, desde 1989, reside en Estados Unidos. Ha destacado como investigador, crítico literario y profesor universitario. Actualmente es docente de Literatura Hispánica y Literatura Comparada en la Universidad de Connecticut. En Venezuela fue laureado con el Premio Municipal de Narrativa de Caracas, en 2004, y en dos oportunidades fue merecedor del Premio de Cuentos de El Nacional (2010 y 2012).

Gomes, de 58 años de edad, estudió en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad de Coímbra, Portugal. Luego, realizó un doctorado en la Universidad de Stony Brook, Nueva York. Entre sus obras se encuentran Visión memorable, publicado en 1987; La Cueva de Altamira, 1992; Un fantasma portugués, 2004; El hijo y la zorra, 2010; Julieta en su castillo, 2012, y Retrato de un caballero, 2015. En 2020 publicó la novela Llévame esta noche y este año, Ante el jurado.

 

Editada internacionalmente por el sello Seix Barral, Llévame esta noche llegó a tierras venezolanas, este 2022, de la mano de abediciones. Se trata de un tiraje limitado cuyas ventas serán a beneficio del programa de becas de la UCAB.

 

La novela, que aborda temas como el duelo, la nostalgia y el desarraigo, narra en 304 páginas la historia de David de Sousa, profesor y escritor, quien regresa a Caracas para cuidar a su madre enferma. Su regreso implica reconectar con una ciudad que le es ajena y que, por tanto, se ha transformado en una hostil y en decadencia; también implica recordar y reconectar con personajes y situaciones de su juventud.

 

Desde Estados Unidos, Gomes habló para El Ucabista sobre el origen y significado de este libro, que el crítico y editor venezolano, Antonio López Ortega, definió como «una gran novela» y que el periodista Alfonso Molina inscribió en «la ruta de la literatura de la migración que en la del exilio. No solo porque sus personajes son productos de la expatriación, sino porque han elegido el distanciamiento personal e íntimo».

 

¿Cómo surgió Llévame esta noche?

«Esta es la segunda novela que publico. Escribirla me llevó casi ocho años, entre 2013 y 2020. El personaje, David de Sousa, me había estado acompañando en la imaginación desde antes. Yo nunca concibo el argumento primero, sino que imagino personajes y estos me cuentan su historia. La de David trata de la experiencia del duelo, de cómo a veces fallamos en asimilarlo o cómo a unas personas les lleva mucho más tiempo que a otras. Pero también trata sobre cómo la vida adquiere un nuevo sentido cuando uno finalmente lo hace».

 

Como escritor y profesor universitario, ¿qué significa ser publicado por la editorial de la Universidad Católica Andrés Bello, sabiendo que ya el libro había sido publicado antes por otras casas editoriales?

«Una gran alegría, por supuesto. Mi deseo desde el principio era que el libro viniera a Venezuela, pero desafortunadamente eso no ocurrió con la primera edición. No quiero desvincularme de mi país natal, y de hecho me he esforzado a lo largo de los treinta y tres años que llevo viviendo fuera en publicar también aquí. Una nación es una comunidad imaginaria y para mí, como escritor, es inevitable imaginar que mi escritura hace acto de presencia en Venezuela. Por otra parte, me siento honrado de ser autor de abediciones. Este es mi segundo libro en la editorial: anteriormente, en 2017, aunque en mi faceta de investigador, había publicado un estudio sobre literatura venezolana: El desengaño de la modernidad».

 

Caracas, ¿qué le viene en mente cuando piensa en esta ciudad?

«Su gente en primer lugar, y enseguida su luz. Son dos cosas irrepetibles, por más que uno viaje».

¿Qué mensaje quiere dejarle al lector con esta obra?

«Por lo pronto, desearía que el lector conozca al protagonista, David de Sousa, y saque sus conclusiones acerca de la experiencia que él les está contando. Quisiera que el lector encontrara por sí mismo su mensaje: creo que la obra de arte dialoga con cada uno de nosotros de una manera distinta».

 

¿Cómo invitaría a los ucabistas a que lean su novela?

«Les diría que lo que David de Sousa les va a contar no son vivencias exclusivas ni privadas de él, sino que pueden compartirlas otros seres humanos. Y que David, como cualquiera de nosotros, está lejos de ser una persona perfecta, o lejos de ser terrible. Ni héroe ni antihéroe: a mí esos extremos me cansan».

 

¿Qué otros autores venezolanos recomienda leer actualmente?

«Pese a los problemas del país en los últimos treinta años, tengo la impresión de que su literatura está viviendo un excelente momento desde el punto de vista estético, creativo. Hay voces de diferentes generaciones activas, muy productivas, con estilos y temas a veces en contraste. Yo recomiendo leer todo lo que sea posible localizar, porque solo juntando ese mosaico de voces tan diversas podemos comprender la complejidad de nuestra situación. Sobre todo, tenemos que leer aceptando que la literatura venezolana ahora tiene muchas provincias, algunas más allá del territorio del país. Quien no lo quiera ver está viviendo mentalmente en una Venezuela incompleta».

 

La edición especial de Llévame esta noche, del venezolano Miguel Gomes, publicada  en exclusiva para Venezuela por abediciones, está disponible en varias librerías de Caracas y el interior del país, entre ellas Tecniciencia, El Buscón (Paseo Las Mercedes) y Kalathos, en el Centro de Arte Los Galpones.

 

abediciones dice presente en la 1era Feria del Libro Independiente y en Derechos Humanos

abediciones dice presente en la 1era Feria del Libro Independiente y en Derechos Humanos

Durante el 5, 6 y 7 de agosto se llevará a cabo en el centro comercial El Recreo (Caracas) la 1era Feria del Libro Independiente y en Derechos Humanos  (FLIDE 2022) organizada por Provea y que contará con la presencia de 14 editoriales, libreros y organizaciones no gubernamentales.

La editorial de la Universidad Católica Andrés Bello, abediciones, estará presente para ofrecer sus títulos más recientes como 2001: la sociedad civil vs. la política educativa del Gobierno; Decreto. Ley Orgánica del Trabajo. Balance de un decenio y las nuevas novelas,  Vamos, venimos de Victoria de Stefano y Llévame esta noche de Miguel Gomes.

La feria contará no solamente con la presencia de libros y editoriales, sino también con la de stands de ayuda humanitaria que pondrán a la orden del público diversos libros y materiales, así como del stand #MúsicaXMedicinas, de Provea, en donde se podrán intercambiar libros y discos editados  por medicamentos y/o suministros médicos.

Del mismo modo, durante los tres días se desarrollarán diversas actividades culturales cuyo enfoque principal, tal y como indica el nombre de la feria, será la preservación de los Derechos Humanos.

La feria tendrá lugar en la Plaza Central del centro comercial desde las 11:00 a.m. hasta las 7:00 p.m. durante los tres días.