Texto de Meryi I. Barreto.
La importancia editorial con la que cuentan las autoras femeninas en la época actual ha generado un movimiento literario fascinante. La trayectoria recorrida por las mujeres dedicadas a la literatura a través de los siglos ha propuesto una incesante labor y ha compuesto una serie de nuevas perspectivas sobre la imagen que brinda la historia de la literatura en cuanto a las mujeres, tomando una especial relevancia en el caso latinoamericano.
En los tiempos actuales las mujeres han accedido, de manera más o menos igualitaria, a los mismos recursos que los hombres, lo que ha derivado en un incremento de su producción literaria y les ha permitido alcanzar los mismos niveles en calidad y creatividad artística que las de ellos, o mejores. Tenemos, por ejemplo, a Samanta Schweblin (Argentina), Mariana Enríquez (Argentina), Paulina Flores (Chile), María Fernanda Ampuero (Ecuador) y Verónica Gerber Bicecci (México), por nombrar solo a algunas de las representaciones más relevantes de la literatura latinoamericana que actualmente acumulan premios y reconocimientos importantes en múltiples festivales y celebraciones.
Como consecuencia del surgimiento editorial de una cantidad importante de autoras femeninas en términos globales, se han originado también algunos movimientos literarios en los que estas juegan un importante papel. El más destacado recientemente es aquel conocido como “Nuevo boom”, bautizado así por diversos críticos como Virginia Capote Díaz (2020), en La Literatura Latinoamericana escrita por mujeres hoy, debido al frecuente y cada vez mayor interés que la tendencia literaria ha demostrado tener por las voces femeninas y las historias contadas por mujeres.
Este término toma como referencia el “boom” de los años 60, que consistió en un estallido editorial de nuevas obras y autores que buscaban rescatar la identidad latinoamericana y que dieron un giro a la forma de concebir la novela; el “nuevo boom”, en consecuencia, es un movimiento que alude a la participación cada vez más significativa que las escritoras latinoamericanas han obtenido en el mercado editorial mundial, y a la capacidad que estas han demostrado poseer al momento de replantear la realidad social latinoamericana.
La crítica señala que además de coincidir en la importancia que estas autoras obtienen en el mercado internacional, la mayoría de las escritoras latinoamericanas que conforman este fenómeno se sirven de una narrativa peculiar para denunciar ciertas situaciones sociales de injusticia y discriminación comunes en la sociedad actual, optando por la técnica del ensayo o el cuento, como son el caso de Mariana Enríquez y Silvina Ocampo, cuentista y poeta respectivamente, que a través de sus producciones consiguen señalar situaciones sociales de violencia y discriminación que, aún en la actualidad, amenazan a las mujeres y minorías.
Además, estas nacientes historias ahora contadas por mujeres, destacan en la tradición y en pensamiento colectivo porque, como señala Suarez Hernán, C. (2013):
“Realizan una reflexión sobre la feminidad y las numerosas reivindicaciones de los derechos de la mujer a través de su narrativa, en la misma medida en que sus textos elaboran una crítica sobre su situación en la comunidad, partiendo del hecho de invisibilidad que sufrían tanto en la literatura como en la sociedad”.
Lo que Suarez Hernán y demás críticos resaltan es la necesidad de tomar en cuenta la transición del papel de la mujer en la literatura, ya sea en su consideración como personaje o en su labor de escritora, para comprender su producción literaria actual y las implicaciones que esta contiene.
Lo que deriva de todas estas implicaciones y significaciones inherentes a la participación de la mujer en la literatura, es la posibilidad de poder escribir, expresar, denunciar cada una de las situaciones que hasta ahora eran silenciadas y que originaron toda una narrativa referente a las experiencias y perspectivas a las que el género femenino se ha enfrentado por años.
Con esto, es evidente que la participación de las mujeres escritoras en la literatura actual posee una innegable importancia a nivel editorial y cultural, significando mucho más que un quiebre de los patrones sociales establecidos y generando una oportunidad para las autoras en cuanto a la posibilidad de exponer, evidenciar y contar todas aquellas situaciones de injusticia, discriminación y violencia que hasta hace poco representaban un tópico invisibilizado.
REFERENCIAS
-Suarez Hernán, C. (2013). «El tratamiento subversivo de los estereotipos de género y edad en la obra de Silvina Ocampo». Anales de Literatura Hispanoamericana, 367-378.
-Capote Diaz, V. (2021). «La literatura latinoamericana escrita por mujeres hoy: aproximación a su recepción y notas preliminares a un fenómeno incipiente: el caso de Colombia». Kamchatka. Revista de análisis cultural., 453-473.